El dictador y genocida Emilio Eduardo Massera dejó de existir físicamente el 8 de noviembre de este año. Símbolo del terrorismo de Estado, jamás logró escapar de la condena de la memoria. Sin embargo, parte de su legado de terror continúa impune. Uno de sus centros de operaciones, su casa ubicada en el predio de Thames y Panamericana de San Isidro, comenzó a ser destruido para dar paso a oficinas y comercios. Sin nunca haberse realizado pericias suficientes, podría llevarse para siempre elementos y pruebas sobre quienes fueron torturados y asesinados allí.
Conocido como la “casa S.I.N.” ( Servicio de inteligencia naval) o simplemente “La Marina”, el lugar fue un centro clandestino de detención de personas. Así lo muestran los registros oficiales y testimonios de los detenidos. Ante el advenimiento de la democracia, el lugar fue destruido y donado al municipio. Al igual que los otros tres centros que funcionaron en el distrito (El COT I de Martínez, la comisaría 4ta y el batallón 601) sigue sin ninguna clase de señalización a pesar de lo que exige la Ley provincial (N°13.584). Esa misma norma, demanda la preservación de estos sitios. Pero el municipio decidió negar su existencia y entregar el terreno a manos privadas.
En agosto de este año, un comunicado oficial de la Municipalidad argumentó la venta en el hecho de que “la cuestión fue investigada por la Justicia, sin que se hubiese demostrado que en ese sitio se cometieran tales hechos”. Lo cierto es que ante el primer intento de venta (en el año 2004) se realizó un pedido judicial de no innovar, que quedó sin efecto en el año 2008 luego de unas pericias oculares del lugar. Los subsuelos del lugar nunca fueron investigados.
El predio fue cerrado y utilizado un tiempo como campo de deportes para un colegio. Hasta que a mediados del año pasado se procedió a su venta sin ninguna consulta a los vecinos. Los reclamos de los vecinos e incluso un proyecto alternativo de convertir el lugar en un espacio verde que preserve el patrimonio arqueológico y de la memoria, descansa plácidamente en el Concejo deliberante local.
Al día de hoy, y como desde hace una semana, los trabajos se incrementaron de forma exponencial. El cartel de obra lleva la firma de “Emprendimientos inmobiliarios Sudamericana S.A.” en su carácter de fiduciario de “fideicomiso Panamericana Thames” y plantea la construcción de un complejo de oficinas con un paseo de compras. Las topadoras ya comenzaron a arrasar con el terreno, a arrancar los árboles centenarios y a labrar profundos surcos, ante el constante tránsito de camiones con hierro y tierra.
Convertir un ex centro clandestino de detención en oficinas y un shopping resulta un evidente insulto para la memoria.
Los vecinos nos preguntamos...
ResponderEliminarPorqué la empresa no pone el cartel (obligatorio) de inicio de obra?? Si ya lo tienen hecho?? Y eso que Destructora Sudamericana viene trabajando desde hace un par de meses... es eso legal??
Si esta todo legal... a qué le tienen miedo?? Acaso tienen algo que ocultar??
A vos te gustaría tener de vecinos a gente que mata animales y abusa de gente humilde? A mi no.
ResponderEliminarEsa seria una causa justa para justificar tus acciones, pero ex centro clandestino ? olvidate de los asesinos terroristas desaparecidos, puede haber una parte en europa, otra aquí mismo y por que no, los psicópatas bajo tierra ! Deja de defender lo indefendible ! me cago de risa en tu cara, jaja te diste cuenta que ya hay una construcción de unos 4 pisos en el predio de thames y colectora panamericana ? jJaJAJAJAjajajaja